¿Cojeando en la puerta de la Iglesia? (Parte I)

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¿Cojeando en la puerta de la Iglesia? (Parte I)


Hechos 3:1-10
'Pedro y Juan subían juntos al templo a la hora novena, la de la oración. Y era traído un hombre cojo de nacimiento, a quien ponían cada día a la puerta del templo que se llama la Hermosa, para que pidiese limosna de los que entraban en el templo. Este, cuando vio a Pedro y a Juan que iban a entrar en el templo, les rogaba que le diesen limosna. Pedro, con Juan, fijando en él los ojos, le dijo: Míranos. Entonces él les estuvo atento, esperando recibir de ellos algo. Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda. Y tomándole por la mano derecha le levantó; y al momento se le afirmaron los pies y tobillos; y saltando, se puso en pie y anduvo; y entró con ellos en el templo, andando, y saltando, y alabando a Dios. Y todo el pueblo le vio andar y alabar a Dios. Y le reconocían que era el que se sentaba a pedir limosna a la puerta del templo, la Hermosa; y se llenaron de asombro y espanto por lo que le había sucedido.'




Muchos de nosotros sabemos que Dios es todopoderoso “Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.” (Apocalipsis 1:8), que para Dios no hay imposibles “ He aquí que yo soy Jehová, Dios de toda carne; ¿habrá algo que sea difícil para mí?” (Jeremías 32:27) y que para nosotros sus milagros aún están vigentes dado que “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.” (Mateo 24:35). Además de esto sabemos que el orar, ayunar y meditar en la Palabra de Dios nos nutren y nos marcan pautas de tal manera que fortalecen nuestra vida espiritual! (Lucas 2:36-37; Esdras 8:23) Por consiguiente muchas de estas cosas las aprendemos asistiendo a la iglesia (Hebreos 10:25) debido a que allí oímos Palabra de Dios, por el oír Palabra de Dios adquirimos fe “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.” (Romanos 10:17), y esta fe nos ayuda a vivir y afrontar circunstancias que tenemos día a día (Hebreos 11:1; Mateo 17:20; Hebreos 11:6; Efesios 6:16).
Pese a que sabemos todas estas cosas preferimos cojear en la puerta de la iglesia....
¿De que manera?
1. Preferimos entrar a la iglesia en cuerpo pero nuestra mente se encuentra afuera enredada en las preocupaciones: “Estos son asimismo los que fueron sembrados en pedregales: los que cuando han oído la palabra, al momento la reciben con gozo; pero no tienen raíz en sí, sino que son de corta duración, porque cuando viene la tribulación o la persecución por causa de la palabra, luego tropiezan. Estos son los que fueron sembrados entre espinos: los que oyen la palabra, pero los afanes de este siglo, y el engaño de las riquezas, y las codicias de otras cosas, entran y ahogan la palabra, y se hace infructuosa.” (Marcos 4:16-19)... Más bien deberíamos: “Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.” (Marcos 12:30)

Continuará...



Dios te bendiga y que tengas un excelente día en Cristo Jesús!

Roldan Ortiz Molinares

Sanidapp / Author & Editor

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