“Dios comprométete!” pero ¿nosotros nos comprometemos con Dios?

Miqueas 6:6-9

'¿Con qué me presentaré ante Jehová, y adoraré al Dios Altísimo? ¿Me presentaré ante él con holocaustos, con becerros de un año? ¿Se agradará Jehová de millares de carneros, o de diez mil arroyos de aceite? ¿Daré mi primogénito por mi rebelión, el fruto de mis entrañas por el pecado de mi alma? Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios. La voz de Jehová clama a la ciudad; es sabio temer a tu nombre. Prestad atención al castigo, y a quien lo establece.'

Muchos anhelan riquezas, buenos trabajos, crecer profesionalmente, otros quieren tener una gran familia, vivir bien, “gozar la vida”, completar los sueños… Todos en cierta manera queremos llegar a una meta, cumplir ese anhelo que tenemos y muchos de nosotros le hacemos saber en oración al Señor sin titubeos lo que queremos…
¿Pero nos hemos preguntado que Dios anhela de nosotros? Dios siempre está comprometido con su creación ¿Pero nosotros con nuestro Creador?
Miqueas 6:6-9 da un claro norte de que Dios anhela de nosotros:
1. Justicia: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” (Mateo 6:33)
2. Misericordia: “Y tuya, oh Señor, es la misericordia; Porque tú pagas a cada uno conforme a su obra.” (Salmos 62:12)... Nosotros no somos los jueces, por tanto seamos “... pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso.” (Lucas 6:36)... “Y aconteció que estando él sentado a la mesa en la casa, he aquí que muchos publicanos y pecadores, que habían venido, se sentaron juntamente a la mesa con Jesús y sus discípulos. Cuando vieron esto los fariseos, dijeron a los discípulos: ¿Por qué come vuestro Maestro con los publicanos y pecadores? Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento.” (Mateo 9:10-13)
3. Humillarse ante Dios: Si “En la hermosura de la gloria de tu magnificencia, Y en tus hechos maravillosos meditaré. Del poder de tus hechos estupendos hablarán los hombres, Y yo publicaré tu grandeza.” (Salmos 145:5-6)... y si reconocemos su Grandeza y Sabiduría inmensa “!!Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! !!Cuán grande es la suma de ellos!” (Salmos 139:17) “Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy maravillado, Y mi alma lo sabe muy bien.” (Salmos 139:14), entonces entendemos que nos conviene reconocer que sus preceptos, sus estatutos, su dirección y su Gobierno sobre nosotros nos conviene “Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.” (1 Pedro 5:6-7)

El Señor esta comprometido con nosotros! ¿Nosotros estamos comprometidos en buscar su Justicia, amar Misericordia y obedecer y rendirnos a Él?
“Por lo demás, hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús, que de la manera que aprendisteis de nosotros cómo os conviene conduciros y agradar a Dios, así abundéis más y más. Porque ya sabéis qué instrucciones os dimos por el Señor Jesús; pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación; que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor; no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios; que ninguno agravie ni engañe en nada a su hermano; porque el Señor es vengador de todo esto, como ya os hemos dicho y testificado. Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación. Así que, el que desecha esto, no desecha a hombre, sino a Dios, que también nos dio su Espíritu Santo.” (1 Tesalonicenses 4:1-8)

Dios te bendiga y que tengas un excelente día en Cristo Jesús!

Roldan Ortiz Molinares