Como hijos de Dios… ¿Tenemos alguna medida o estatura que debemos alcanzar?
1 Pedro 2:20-24
“Pues ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Mas si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios. Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente; quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.”
Todos tuvimos siempre un modelo a seguir… Alguien al cual hemos deseamos imitar, parecernos, hacer lo que hizo... en definitiva, tener su estatura.
¿Algún escritor? ¿Algún héroe de la historia? ¿Algún patriota? ¿Algún artista? ¿Algún amigo? ¿Alguien de la familia? ¿Papá? ¿Mamá?
Tomamos las cosas buenas de ellos, sin embargo, todos estos tienen o tuvieron cosas las cuales no deseamos imitar ni las queremos para nuestras vidas…
Pero para buena noticia nuestra existe Alguien digno de imitar, sin mancha y sin contaminación “sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación” (1 Pedro 1:18-19) “el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca” (1 Pedro 2:22)… “Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.” (Isaías 53:9), este es Jesús!
Ejemplo tenemos en Jesús! Él anhela que le sigamos e imitemos “hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error” (Efesios 4:13-14)
¿Pero cómo podemos alcanzar esta estatura?
“El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.” (1 Juan 2:6)
Veamos el cómo según la Palabra de Dios:
1. Siendo mansos y humildes: Cuidado con la arrogancia, la altanería, la altivez y la prepotencia… “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.” (Mateo 11:29-30) Recordemos que “Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.” (Mateo 5:5) … “Porque Jehová es excelso, y atiende al humilde, Mas al altivo mira de lejos.” (Salmos 138:6)
2. Siendo obedientes: “Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente. Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen; y fue declarado por Dios sumo sacerdote según el orden de Melquisedec.” (Hebreos 5:7-10)
3. Orando: “Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.” (Mateo 26:41)
4. Amando al Señor… pero también a nuestro prójimo: Inclusive al que nos hace mal… “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.” (Juan 13:34-35) “Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” (Mateo 22:39)
5. Perdonando: ¿Nos han hecho daño? ¿Nos han ofendido? ¿Nos han robado? “Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos.” (Colosenses 3:12-15)… “Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.” (Mateo 6:14-15)
6. Andando en Santidad: No dando lugar al pecado“Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante. Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos; ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias. Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios.” (Efesios 5:1-5)… “Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.” (Hebreos 12:14)
7. Dispuestos a servir: “Entonces Jesús, llamándolos, dijo: Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad. Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.” (Mateo 20:25-28)
¿Por cuál vamos?
Recordemos que “… Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas” (1 Pedro 2:21b)
“Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis.” (Juan 13:15)
“hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (Efesios 4:13)
Como hijos de Dios… ¿Tenemos alguna medida o estatura que debemos alcanzar?
Dios te bendiga y que tengas un excelente día en Cristo Jesús!
“Pues ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Mas si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios. Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente; quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.”
Todos tuvimos siempre un modelo a seguir… Alguien al cual hemos deseamos imitar, parecernos, hacer lo que hizo... en definitiva, tener su estatura.
¿Algún escritor? ¿Algún héroe de la historia? ¿Algún patriota? ¿Algún artista? ¿Algún amigo? ¿Alguien de la familia? ¿Papá? ¿Mamá?
Tomamos las cosas buenas de ellos, sin embargo, todos estos tienen o tuvieron cosas las cuales no deseamos imitar ni las queremos para nuestras vidas…
Pero para buena noticia nuestra existe Alguien digno de imitar, sin mancha y sin contaminación “sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación” (1 Pedro 1:18-19) “el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca” (1 Pedro 2:22)… “Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.” (Isaías 53:9), este es Jesús!
Ejemplo tenemos en Jesús! Él anhela que le sigamos e imitemos “hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error” (Efesios 4:13-14)
¿Pero cómo podemos alcanzar esta estatura?
“El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.” (1 Juan 2:6)
Veamos el cómo según la Palabra de Dios:
1. Siendo mansos y humildes: Cuidado con la arrogancia, la altanería, la altivez y la prepotencia… “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.” (Mateo 11:29-30) Recordemos que “Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.” (Mateo 5:5) … “Porque Jehová es excelso, y atiende al humilde, Mas al altivo mira de lejos.” (Salmos 138:6)
2. Siendo obedientes: “Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente. Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen; y fue declarado por Dios sumo sacerdote según el orden de Melquisedec.” (Hebreos 5:7-10)
3. Orando: “Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.” (Mateo 26:41)
4. Amando al Señor… pero también a nuestro prójimo: Inclusive al que nos hace mal… “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.” (Juan 13:34-35) “Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” (Mateo 22:39)
5. Perdonando: ¿Nos han hecho daño? ¿Nos han ofendido? ¿Nos han robado? “Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos.” (Colosenses 3:12-15)… “Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.” (Mateo 6:14-15)
6. Andando en Santidad: No dando lugar al pecado“Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante. Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos; ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias. Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios.” (Efesios 5:1-5)… “Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.” (Hebreos 12:14)
7. Dispuestos a servir: “Entonces Jesús, llamándolos, dijo: Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad. Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.” (Mateo 20:25-28)
¿Por cuál vamos?
Recordemos que “… Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas” (1 Pedro 2:21b)
“Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis.” (Juan 13:15)
“hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (Efesios 4:13)
Como hijos de Dios… ¿Tenemos alguna medida o estatura que debemos alcanzar?
Dios te bendiga y que tengas un excelente día en Cristo Jesús!
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