Quién dijo que no puedes? (Parte I)
2 Corintios 13:5
“Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados?”
“Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados?”
Cada vez son más las personas que escuchamos diciendo “No lo creo posible”, “No hay razón para intentarlo”, “No tengo oportunidad”, “Ya está todo perdido”... en definitiva “No puedo”.
¿Por qué optamos por este estado de derrota? Y peor aún ¿Por qué nos sentimos derrotados sin haber empezado a intentar?
La Biblia dice “El que guarda su boca guarda su alma; Mas el que mucho abre sus labios tendrá calamidad.” (Proverbios 13:3)
Podemos culpar a la sociedad, a la tradición, la cultura, amistades, familia, ancestros, padres, el gobierno, las leyes… en fin tantas cosas en las que nos podríamos escudar, pero la realidad es “El que guarda su boca y su lengua, Su alma guarda de angustias.” (Proverbios 21:23), nos hemos atado nosotros mismos con derrota!
¿Qué hacemos para ser libres de ese estado de derrota?
“Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.” 3 aspectos…
1. Conociendo y permaneciendo en la Palabra de Dios!: Para dejar de ser esclavo de la derrota definitivamente necesitamos llenarnos de motivos para avanzar, y la Palabra de Dios tiene los motivos que necesitamos y mucho más de lo que imaginamos! Jesús mismo expresó “... Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.” (Mateo 4:4)... Para el que carece de enfoque, la Biblia es la medicina! A través de ella aprendemos que se nos ha hecho libres de toda esclavitud que nos atormentaba “Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.” (Gálatas 5:1) y que es imposible que tengamos barreras si estamos en Cristo porque “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.” (Filipenses 4:13)
2. Aprendiendo y creyendo la Palabra de Dios!: Para salir del estado de derrota es vital que las promesas de la Palabra de Dios las aprendamos y las creamos! “El les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza. Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen?” (Mateo 8:26-27) Aprendiendo y creyendo la Palabra de Dios mantendremos un enfoque claro y sin titubeos porque estamos confiados que nuestro Señor Jesús está en la barca!
3. Siguiendo a Jesús!: “Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.” (Hebreos 4:14-16), “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” (Juan 14:6), “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.” (Gálatas 2:20) ¿Cómo nos sentiríamos si alguien llegase a decirnos que nos ayuda a salir de la derrota, que nos tranquilicemos que Él sabe el camino correcto y que no nos preocupemos porque Él tomaría el timón por nosotros? No es broma... siguiendo a Jesús entendemos que toda carga y cansancio que nos ha dejado la derrota, Jesús anhela quitarlo “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.” (Mateo 11:28-30)
Continuará...
¿Por qué optamos por este estado de derrota? Y peor aún ¿Por qué nos sentimos derrotados sin haber empezado a intentar?
La Biblia dice “El que guarda su boca guarda su alma; Mas el que mucho abre sus labios tendrá calamidad.” (Proverbios 13:3)
Podemos culpar a la sociedad, a la tradición, la cultura, amistades, familia, ancestros, padres, el gobierno, las leyes… en fin tantas cosas en las que nos podríamos escudar, pero la realidad es “El que guarda su boca y su lengua, Su alma guarda de angustias.” (Proverbios 21:23), nos hemos atado nosotros mismos con derrota!
¿Qué hacemos para ser libres de ese estado de derrota?
“Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.” 3 aspectos…
1. Conociendo y permaneciendo en la Palabra de Dios!: Para dejar de ser esclavo de la derrota definitivamente necesitamos llenarnos de motivos para avanzar, y la Palabra de Dios tiene los motivos que necesitamos y mucho más de lo que imaginamos! Jesús mismo expresó “... Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.” (Mateo 4:4)... Para el que carece de enfoque, la Biblia es la medicina! A través de ella aprendemos que se nos ha hecho libres de toda esclavitud que nos atormentaba “Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.” (Gálatas 5:1) y que es imposible que tengamos barreras si estamos en Cristo porque “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.” (Filipenses 4:13)
2. Aprendiendo y creyendo la Palabra de Dios!: Para salir del estado de derrota es vital que las promesas de la Palabra de Dios las aprendamos y las creamos! “El les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza. Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen?” (Mateo 8:26-27) Aprendiendo y creyendo la Palabra de Dios mantendremos un enfoque claro y sin titubeos porque estamos confiados que nuestro Señor Jesús está en la barca!
3. Siguiendo a Jesús!: “Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.” (Hebreos 4:14-16), “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” (Juan 14:6), “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.” (Gálatas 2:20) ¿Cómo nos sentiríamos si alguien llegase a decirnos que nos ayuda a salir de la derrota, que nos tranquilicemos que Él sabe el camino correcto y que no nos preocupemos porque Él tomaría el timón por nosotros? No es broma... siguiendo a Jesús entendemos que toda carga y cansancio que nos ha dejado la derrota, Jesús anhela quitarlo “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.” (Mateo 11:28-30)
Continuará...
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