Como padres de familia, ¿Qué promovemos en nuestro tu hogar? (Parte I)
Isaías 54:17
“Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos de Jehová, y su salvación de mí vendrá, dijo Jehová.”
“Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos de Jehová, y su salvación de mí vendrá, dijo Jehová.”
Constantemente en nuestros servicios escuchamos al predicador lanzar promesas bíblicas sobre la congregación, luego de esto podemos escuchar una gran ovación y algunos diciendo “Amen”... Por ejemplo, ¿Cuántas veces hemos escuchado “Yo y mi casa serviremos a Jehová”?... He aquí el versículo:
“Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová.” (Josué 24:15)
Sin duda alguna, esta es una gran promesa para un padre de familia… pero son muy pocos los que realmente creen y deciden vivirlo…
¿Pero que está sucediendo entonces con los padres de familia? Leamos...
“Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era. Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace.” (Santiago 1:22-25)... Lastimosamente sucede que muchos olvidamos estas promesas!
¿Y por qué las olvidamos? Leamos…
“Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.” (Josué 1:8)... Las olvidamos porque muchos esperamos ir a la iglesia para volver abrir la Biblia y recordar estas promesas…
¿Y por qué no meditamos la Palabra de Dios en nuestros hogares? Leamos…
“Estos son los que fueron sembrados entre espinos: los que oyen la palabra, pero los afanes de este siglo, y el engaño de las riquezas, y las codicias de otras cosas, entran y ahogan la palabra, y se hace infructuosa.” (Marcos 4:18-19)... No meditamos la Palabra de Dios en nuestros hogares porque estamos tan ocupados que no nos queda tiempo para leer la Biblia… ¿Merecerá esto nuestra familia?
“Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová.” (Josué 24:15)
Sin duda alguna, esta es una gran promesa para un padre de familia… pero son muy pocos los que realmente creen y deciden vivirlo…
¿Pero que está sucediendo entonces con los padres de familia? Leamos...
“Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era. Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace.” (Santiago 1:22-25)... Lastimosamente sucede que muchos olvidamos estas promesas!
¿Y por qué las olvidamos? Leamos…
“Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.” (Josué 1:8)... Las olvidamos porque muchos esperamos ir a la iglesia para volver abrir la Biblia y recordar estas promesas…
¿Y por qué no meditamos la Palabra de Dios en nuestros hogares? Leamos…
“Estos son los que fueron sembrados entre espinos: los que oyen la palabra, pero los afanes de este siglo, y el engaño de las riquezas, y las codicias de otras cosas, entran y ahogan la palabra, y se hace infructuosa.” (Marcos 4:18-19)... No meditamos la Palabra de Dios en nuestros hogares porque estamos tan ocupados que no nos queda tiempo para leer la Biblia… ¿Merecerá esto nuestra familia?
Continuará...
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